miércoles, 6 de noviembre de 2013

La política del Amigo – Enemigo




Esta lógica política que parece plantearnos grietas permanentes, espacios distintos irreconciliables, tan alejados que parecieran no ser casi de la misma sociedad de la cual efectivamente salen es la que nos da la política como la conocemos, la que tenemos, en la que “jugamos”. 
Digo jugamos como el rol de ciudadano que cumplimos todo en este juego político-social. El planteo de "Amigo – Enemigo" o "divide y reinaras" como máximas políticas, que no son para nada inventos modernos, han servido para hacer de la política esto que tenemos hoy, estas diferenciaciones irreconciliables, diferencias que llevan hasta las discusiones más violentas.  
Definirnos amigos implica estar en el mismo lado, hablar desde el mismo lugar, ideológicamente al menos. Mientras el enemigo puede definirse a sí mismo como tal o bien, el “nosotros” crear al “otro” enemigo.. y si no existe lo inventamos. 
Todo parece valer a la hora del juego político, con lo cual si no hay enemigo a la vista, bueno es inventarlo para dar mayor contenido, mayor “veracidad” a la historia que contamos con nuestro grupo, en el nosotros. 
Las identidades –como sabemos- se construyen en función del otro, del distinto a mí y como tal ese otro hace que me reconozca como mí mismo, que interprete mi mismidad
  Hasta aquí la diferenciación no plantea escisión, es diferencia pero no violencia. En cambio la exacerbación de la distinción vuelve todo más profundo, hace que la división marcada sea la regla y la violencia la herramienta, el medio de demostrarlo
 Me pregunto: ¿Es tan difícil pensar hoy en discusiones amigables? ¿En planteos de debate de ideas como si fuera esta la ley? ¿Debates como Una manera de cumplir el rol de funcionario público? ¿De servicio a la sociedad que me dio ese lugar?   
Que tengamos ideas o ideales incompatibles entre si, que vos y yo no pensemos igual no hace mejor a ninguno de los dos, solo distintos. 
 ¿Quien puede decir yo tengo la verdad? Mi verdad ¿vale mas que la tuya o es mejor lo que yo creo o pienso? Me parece osado, casi como un intento de demostración de una omnipotencia que no es humana manejarse en la vida como si esto fuera asi, como si hubiera uno que tuviera la “verdad revelada” – habrá políticas públicas que funcionen mejor y otras peor para la sociedad dependiendo de la sociedad, de los individuos mismos pero lo mejor o peor lo define el tiempo en última instancia. 
Si pudiéramos lograr una convivencia en paz más allá de nuestras diferencias, un debate teórico sin agresiones, sin violencias, con tolerancia con miradas a acuerdos.. seguro que tendríamos una mejor sociedad. 
Esta discusión permanente en los medios de lo que es la llamada oposición y el oficialismo es quizás una muestra perfecta de lo que quiero explicar.  
¿Quien puede decirle, con qué autoridad moral a otro tu verdad no es verdad? Pienso en todas las discusiones de este tipo. ninguna llega a una resolución, simplemente porque nadie puede arrogarse "la verdad" para si. 
Ahora, si hablar y decir cosas en los medios, donde nos volvemos comunicadores sociales aunque esa no sea nuestra intención, ello nos da responsabilidades extra. Y decir es siempre decir para alguien que escucha e interpreta lo que decimos, por tanto.. si digo y hiero con lo que digo.. deberé hacerme cargo de lo que genero también. Responsabilizarme por haber dicho algo hiriente, o indebido. Y Si digo y se interpreta algo que no quise decir salir a explicarlo es lo que corresponde.  
  Lo que creo es que cada uno de nosotros puede pensar distinto y expresarlo, pero sabiendo la responsabilidad que esto apareja, haciéndonos cargo de lo que genera una palabra, un discurso, un mensaje.  ¿Será que alguna vez podremos pensar distinto sin lastimar al otro en el intento? 
Será que aprenderemos a decir: "bueno, respeto lo que crees y simplemente no lo comparto, mi vida o mi discurso va por otro camino distinto al tuyo pero no te quito merito a vos y tu historia". ¿? 
Hay momentos de nuestra propia historia como país, como sociedad que nos han marcado, para bien o para mal. Hay tantas historias distintas como individuos argentinos respecto a cada situación histórica particular. 
Algunas cuestiones, algunos conceptos despiertan discusiones álgidas o pueden hasta llegar a herir susceptibilidades, la historia argentina con los momentos dictatoriales, las dictaduras militares son hoy sobre todo divisoras de aguas. 
El gobierno nacional kirchnerista creo hizo mérito en generar mayor división respecto a ello. Hubo un levantamiento de bandera respecto a esto. Una especie de: "Estás conmigo o estas sin mí". 
Se puede expresar sin agredir, disidir sin subvalorar la historia del otro.  Atacar el otro por pensar distinto a mí no es democracia.  De ambos lados, lo que intento decir es poder llegar a un punto medio, a un punto de unión conexión o acuerdo. Esto nos hace maduros como sociedad. Mientras no lo hagamos seguirán pudiendo "dividirnos y reinar".  Dentro de todo esto, de un lado y del otro qué podemos hacer los individuos comunes, los simples mortales.. a los que las decisiones nos tocan e influyen pero no somos parte del proceso de toma de decisión de manera directa.. creo que lo sano es apuntar a plantear esto, escuchar a ambos lados, ponernos en posición de tolerancia y por supuesto sostener lo que creemos, lo que pensamos pero sin dejar de respetar al otro. 

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