Un camino para resolver un tema
pendiente.
Los escándalos de corrupción
parecen dar crédito a lo oportuno de la reforma, pero la discusión es muy
profunda, se trata de cambios importantes para nuestro país, para la propia
cultura política. Una nueva organización para corregir o intentar perfeccionar
mecanismos electorales.
Siempre las medidas de una
reforma política deben mantener el espíritu de las demás instituciones, no
provocar ruptura del orden establecido, pero cada medida tiene efectos y
consecuencias que pueden inducir cambios relevantes en la vida política en
general. Para bien o para mal.
En este caso, se trata de un paquete de medidas, una nueva
iniciativa del gobierno nacional que se hace eco de una demanda extendida,
también promesa de campaña. Se llevó adelante un proceso de discusión integral
al respecto, del que participaron a lo largo y ancho del país diferentes
sectores. El aporte de una discusión amplia es invaluable y por supuesto
sumamente necesario.
Lo positivo es la discusión
abierta, el escuchar todas las voces que quieran ser levantadas y que el
proceso sea previsto desarrollar en etapas con vistas a futuro próximo, 2017 y
2019.
Por ahora podríamos plantearlo en
términos de algunos puntos sobresalientes del debate extenso: El debate
Presidencial Obligatorio, Boleta Única Electrónica, “Colectoras y Espejos”, las
Primarias Obligatorias.
El Debate Presidencial Obligatorio plantea una concepción vigente en el
mundo, poco utilizado en nuestro país, en 2015 tuvimos la primera experiencia
de debate presidencial y si bien el impacto en las urnas no puede ser definido
como decisivo, se sabe que es significativo. La moción del debate se plantea
como un bien público, parte de un derecho ciudadano a oír a los candidatos al
sillón presidencial en el intercambio de ideas que por contraste los distingue
y contribuye a una noción especifica: se deben a los ciudadanos.
La Boleta Única Electrónica representa el intento por evitar un dilema
en la política argentina, el del control efectivo de los comicios. La
introducción de la tecnología en ellos prevé brindar rapidez, agilidad y
confianza en todo el acto electoral y los resultados. Además, el gobierno tiene
previsto desarrollar un sistema propio, con software y hardware para no tener
que licitarlo a terceros contratistas y con ello evitar el monopolio de una
empresa, convirtiéndolo en un negocio.
Respecto a las “Colectoras y Espejos” se intenta evitar
la sobreoferta de candidatos lo que provoca un exceso de fragmentación política
que siempre termina siendo perjudicial para el poder del elector el cual concluye
eligiendo muchas veces sin saber a quién. Se eliminarían las listas colectoras,
las candidaturas múltiples y la simultaneidad de participación de un mismo
candidato en elecciones nacionales y provinciales.
Las Primarias Obligatorias convocarían particularmente a un encendido
debate, dado que era intención del gobierno nacional eliminarlas, pero tanto el
radicalismo –hoy parte del gobierno-
como la oposición se resistieron a esa modificación. El argumento en contra
explica el cansancio que provoca en la ciudadanía tener tantas elecciones, como
contrapartida se esgrime la participación activa de un electorado que más allá
del agotamiento se vio participativo en la toma de decisiones electorales. No
obstante el Presidente parece querer insistir con acotar el calendario
electoral, con la idea de que la campaña lleva mucho tiempo y evita utilizarlo
para trabajar en gestión, con lo cual seguramente volverá con el planteo en la
discusión.
El cambio sustancial es que se
prevé serán Primarias intra partidarias, ya que el proyecto establece la
elección dentro del mismo frente partidario, no pudiendo votar a un candidato a
presidente de una alianza y la lista de diputados de otra distinta, por ejemplo.
Algunos analistas consideran este punto como un retroceso en la
democratización.
Con todo, el proyecto en su
totalidad es un llamado de atención para muchas provincias que de darse la
reforma deberán actualizarse e ir ajustándose a los nuevos requerimientos de
las nuevas pautas electorales.
La intención es plantear un
sistema más transparente, que genere al mismo tiempo confianza y unión, como si
fuera un pequeño paso hacia el cierre de una grieta que lacera a la sociedad. La
discusión recién empieza.