En el día de la fecha y como
Licenciada en Ciencia Política, no puedo evitar u omitir hablar de lo que para mi es un hecho histórico, un
suceso que marcó un hito en la historia política- social argentina, para bien o para mal:
El 17 de octubre se conoce como
el día de la “lealtad peronista” porque -y para hacer una brevísima reseña como
introducción, con la cual prometo intentar no aburrir a nadie- el entonces
General Perón quien había iniciado una carrera política con el gobierno que
asume en 1943 había conseguido generar algunas “molestias” debido a sus logros
en materia sindical, producto del trabajo que estaba desarrollando en la
Secretaria de Trabajo y Previsión Social (lo que hoy conocemos como Ministerio
de Trabajo). Aquellos desagrados por parte de sectores más conservadores, que veían
en la unión de jóvenes militares con los sindicatos y el poder mismo de los
sindicatos como desestabilizantes de un gobierno y del status quo social
hicieron que el Presidente de entonces (en 1945, Edelmiro Farrel) pidiera la
captura de Perón, quien fue llevado a la isla Martin García. Posteriormente trasladado al hospital militar
desde donde observa la movilización de masas en su nombre.
Los obreros, muchos dicen
llamados y organizados por Eva Duarte de Perón, acudieron voluntariamente desde
rincones impensados del territorio a la plaza de mayo para pedir por Secretario
de Trabajo depuesto. Lo que sigue es conocido por todos.
Este hecho causó una importante
fractura, una escisión social que dividió aguas, lo cual sería en adelante
propio, característico de la sociedad respecto a la figura del General y el
partido peronista.
Digo que marcó un antes y un después
en nuestra historia por esto, porque nació un nuevo partido, con una base muy
amplia y firme que demostraba estar dispuesta a defender el espacio que había conseguido,
los logros que había obtenido. El peronismo supo ver dos cuestiones básicas: un
gran número de excluidos en busca de representación y la necesidad de canalizar
la misma a través de un partido político. Sumó a ello ideología, una doctrina ideológica
especifica con ideas fáciles de entender y aprender, lo que constituyó un nuevo
paradigma social, político y económico.
Pudo instalarse como herramienta identificadora,
con la cual aquellos excluidos de la vida política podían pensar y sentirse
identificados. Generó ascenso social, posibilidad de escala en la pirámide social.
Dio idea de derechos, en fin marcó a fuego muchas vidas y en esto para bien o
para mal, me refiero a bien o mal percibido por los ciudadanos de aquel
entonces porque estaban quienes ganaron en crecimiento, en posición de ascenso
y quienes temían perder sus propias posiciones en función del avance de este
nuevo movimiento.
El surgimiento del peronismo, así
como en su tiempo lo fue el del radicalismo –los dos partidos políticos de
mayor extracción de nuestro país, hasta el momento- fue un hecho que marcó un nuevo estado de
cosas, un nuevo clima, un nuevo estado de situación, era un movimiento nuevo
que venia a generar un reordenamiento social y en ese “reacomodamiento” había quienes
iban a “perder” espacios y otros a ganar..
Desde aquel entonces a hoy, me
pregunto, ¿Cuánto pasó por el Peronismo? ¿Cuántos gobiernos se sucedieron
planteando ser el peronismo? ¿Son realmente peronistas? ¿Existen
modificaciones, a modo de “actualizaciones” u aggiornamientos? ¿Cómo definir
peronismo hoy? ¿el kirchnerismo es peronismo? La fecha nos da la oportunidad de
preguntarnos y reflexionar sobre muchas cosas.
Muchas preguntas, muchas más
respuestas, pero la pregunta que más me interesa responder hoy es ¿quién puede
arrogarse el peronismo para sí? Creo que existen tantos peronismos como
militantes peronistas, en función de entender que cada militante tiene su
propia interpretación de las consignas vertidas por el General o por Evita. Cada
militante del partido justicialista puede expresar saber, conocer, sentir y ser
el peronismo, según lo que él mismo cree o siente de ese movimiento.
Si bien hoy en día vemos cada vez
menos las imágenes del matrimonio, antes era una característica de cada acto,
actualmente me parece ver menos la figura de Perón y de Eva detrás de los
oradores en los actos políticos, sobre todo a nivel nacional, sin embargo se
sigue cantando la marcha peronista y recordando estas fechas como símbolos de
que se cumplió aquello que esperaba Juan Domingo de su organización, esto de
ser superadora del hombre, trascendente, que lo sobreviva a pesar de su desaparición
física.
Hay hoy una suerte de “peronismo
sin Perón” quizás, bajo la idea de haber quitado la imagen del General de los
actos como decía, pero su discurso aún está vigente y el partido que creó aún
sigue siendo el que mayor cantidad de adherentes tiene en nuestro país.
Respecto a la lealtad, creo que el significado
o los significados que podemos encontrar como 1. Cumplimiento de lo que
exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y hombría de bien. O 2. f. Amor o gratitud que muestran al hombre
algunos animales, como el perro y el caballo (Fuente RAE) al momento de transpolarlos
al símbolo del concepto pueden ser muy bien expresados haciendo referencia a la
pregunta ¿Lealtad a qué? ¿Lealtad a quién? Con la visita de una referente del
partido que tuvimos en nuestra provincia hace un par de días, la Dra. Camaño, y
tras haberle preguntado personalmente al respecto, su respuesta me pareció
interesante, porque me llamó a pensar en estas preguntas.
¿Se festeja el día de la lealtad
a las consignas del partido, aquellas con las que nació? ¿A la figura del Gral.
Perón? ¿A quién lleve al cargo de poder ejecutivo bajo la insignia del
justicialismo? ¿O al pueblo al que se representa? La diputada nacional
respondió esto último, la lealtad es del funcionario hacia el pueblo que lo ha
elegido, al pueblo que como decía en otra oportunidad le da un voto de
confianza, el honor de ser representante, el privilegio de estar en un lugar
para ser la voz de quienes no podemos.
El peronismo festeja la lealtad
de aquellos militantes que buscaron y pidieron por el Gral. pidieron su liberación
al tiempo que, torciendo la voluntad de quienes tomaban decisiones, lograron también
el llamado a elecciones. El partido peronista festeja hoy, supongo, la lealtad
de los militantes que defienden a conciencia el legado de la búsqueda de la
justicia social. No el discurso del legado, sino el hecho, las acciones en post
del legado.
Saludo a los agasajados en su día!
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