Aparentemente se perfila un nuevo
frente político, surge de la demanda social de unidad. Existe un reclamo social
que viene desde el cansancio de la diferencia intolerante. Y se manifiesta en
un reclamo a gritos.
Muy lejos está el discurso de la
acción a veces y cuando eso pasa, los resultados terminan no siendo
convenientes. Después de todo, detrás del que “une”, tenemos que estar todos. La imagen de quien
“une” debe ser clara y en lo posible fundar sus palabras en sus propios actos.
La decisión sobre la legitimidad del unificador/la unificadora será finalmente
de quien corresponde en nuestro sistema político democrático: el pueblo, el
mismo que reclama la unidad.
Cristina Fernández, impuso tema
en agenda, con la mirada puesta ya en próximas elecciones, evidentemente ella
siente que su carrera política no ha caducado en diciembre de 2015, al menos no
hasta que la justicia se expida y depende de lo que enuncie sobre los casos en
los que se vio involucrada la ex mandataria. La etapa de investigación no
se ha cerrado, hay que poder probar las
acusaciones.
Unidad es el reclamo y
Cristina tiene encuentros con diversos sectores políticos a fin de
“escucharlos”. Tras lo oído, se supone “se ajustará un plan de acción” para
poder redefinir el disminuido kirhcnerismo, bajo la bandera del regreso.
Cristina sigue siendo una figura
convocante. No hay dudas de su oratoria. De la habilidad para aparecer y ser
centro de escena nuevamente. Le guste o no a sus detractores. De ahí a que
logre “volver” hay un camino lleno de elementos donde no juegan solo sus
habilidades manifiestas.
Por su parte, Mauricio intenta
volver a subir la imagen, a tomar la iniciativa, a poner “títulos en tapa” para
poder redefinir su perfil, después de todo él es el Presidente.
Responder o no a los comentarios
del kirchnerismo – sobre todo los proferidos por Fernández en su “discurso
tribunal”- se volvió el dilema interno al gobierno nacional.
La comunicación no es el fuerte de esta
gestión y se va constituyendo en medio de tironeos internos acerca de ¿qué
hacer? En cada caso. Ideas encontradas que vuelven el clima enrarecido, dan la
sensación de no tener plan claro, tampoco en este ámbito.
Va dando tibias señales de visión
social, tomando nuevas medidas para rescatar la esperanza que se ve disipada,
desdibujada tanto como su imagen tras los “Panama Papers”.
Sumado a ello, las novedades
sobre todo el ámbito político están a la orden del dia, surgen por doquier,
casi no podemos concentrarnos en un solo tema y al mismo tiempo parecen estar
todos inescrupulosamente conectados.
Como si en algún punto hablar de Cristina sea hablar de Mauricio. Dicen
que las acusaciones que van hacia la gestión anterior podrían reproducirse a la
nueva. Que hablar de los “delitos” del ex matrimonio presidencial es “tocar”
temas que pueden involucrar a la –ahora- familia Presidencial, con Franco a la
cabeza.
Inevitablemente surge la duda
¿Cuáles serán los puntos reales de conexión? Algunos dicen que hay más puntos
en común que diferencias. Claro está que hoy se enfrentan en veredas políticas
opuestas –es lo que quieren ellos también manifestar- y uno y otro han sido
“exitosos” en sus funciones por fuera de la administración pública, resta por
develarse quién de los dos -o en todo caso si ambos- pasará a la historia de
nuestro país con la gloria de haber realizado una respetable gestión a la
cabeza del Poder Ejecutivo que dejara la Doctora y hoy ostenta el Ingeniero.
La historia siempre juzga a
través del irremediable -aunque a veces conveniente- paso del tiempo. Quizás solo
el tiempo pueda mostrarnos/develar el misterio acerca de cuán conectados están los
dos personajes políticos más importantes de nuestro país por estas horas.
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