viernes, 15 de julio de 2016

Es momento de impactos


El segundo semestre espera, se preparan los distintos frentes de poder para dar lucha. La oposición intenta ocupar su lugar aunque aún por momentos parecen desorientados. Y cambiemos deberá resolver algo que le seria efectivo para su gestión: ese aspecto económico que los desvela.
Macri debería dejar de intentar convencer al 49% que no lo votó desde el discurso. Es irremediable la discrepancia ideológica. Está instalado que él pertenece al grupo de los empresarios, esos que siempre tuvieron “mala fama”. Aquellos que se oponen ideológicamente a los trabajadores, como si fuera una regla definitiva, determinante. La historia demuestra de alguna u otra manera esta aparentemente revelada verdad.
Más le conviene al Presidente demostrar, no desde el discurso -que sí, siempre es necesario porque vivimos en un mundo de comunicación, pero hay que saber qué y cómo comunica-, lo que se espera ahora es que demuestre los impactos y por supuesto que estos sean positivos. Falta resolver la economía.
Es importante no dejar de hablar de lo que fue la gestión anterior, pero es un discurso que se agota. Valen más los hechos que las palabras, los que muestran algo concreto, palpable. Manifiesto. Es una realidad que el bolsillo del usuario es la medida de un clima social que empieza a demostrar alertas. Y es efectivamente cierto que con este termina midiéndose la ansiada gobernabilidad que no es ni más ni menos que equilibrar las cuentas, dar certidumbres, estabilizar y gobernar sin sobre saltos.
Se desarrolla en algunos ámbitos un interesante y encendido debate sobre “relato si” – “relato no”. Uno indica que el gobierno nacional debería tener su propio relato, es la perspectiva particular del gobierno, la propia matriz, las políticas públicas que despliega en función de ello. Se supone también que están íntimamente relacionados la mirada y los planes desplegados.
Por otro lado, quienes sostienen innecesario tal relato, tal construcción en nombre de la expresión. Sobre todo porque “ellos son distintos”. Cambiamos.
Aparece el relato como lo viejo, sin dar cuenta que SIEMPRE existe, incluso ahora que se dice que no, incluso si quisieran no tener un “relato”. Se construye desde el anonimato, es una imagen, es una palabra (“Cambiemos”) es un discurso sostenido sobre “la Herencia”, es cada política pública puesta en marcha que intenta resolver desde la propia perspectiva del gobierno las demandas existentes. El relato siempre está a pesar de que se intente no nombrarlo. Y es necesariamente identidad. Es lo que representa al nuevo equipo de trabajo a cargo de la gestión que comanda Mauricio Macri.
Quizás no esté definido como tal, pero el nuevo relato existe. Quizás no se comunique correctamente, tal vez la comparación con la gestión inmediatamente anterior sea demasiado pesada, pero el relato de este gobierno existe y se representa con cada acto público de cada funcionario del gobierno. En los hechos y en las palabras.
Lo que falta o al menos da la sensación que falta, porque también puede ser que los impactos aun no sean positivos y lo que se espera es que traigan beneficios para estabilizar la situación económica, es que se manifieste de manera palpable que esta vez se están haciendo las cosas bien, que vamos por el camino correcto. Que podemos empezar a estabilizar las cuentas y realmente “hay luz al final del túnel”
Ya no podemos seguir envueltos en discusiones vanas, si relato si, si relato no, o en todo caso en ello no debería estar preocupada la nueva gestión, esta que pronto dejará de ser tan nueva. Ahora es momento de dar respuestas, dejar de intentar convencer desde el discurso y enfocarse en algo que podría salir mejor y sin dudas tener repercusiones más positivas. Dar respuestas.





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