No importa el error metodológico,
en porcentajes puede significar más o menos cantidad de habitantes en situación
de pobreza/ indigencia en nuestro país pero en términos realmente significativos
se trata de ciudadanos padeciendo necesidades. ¿Dónde ponemos el foco de
discusión?
Conocidos los números del INDEC,
Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de nuestro país que viene intentado
recomponer su propia situación critica, fue intervenido durante el último
mandato de Cristina Fernández y desde entonces perdió no solo miembros técnicos
importantes sino el prestigio que supo tener en otras épocas, además que dejó
de dar índices claros acerca de la performance de nuestro país en ámbitos tan
sensibles como el económico-social. Conocidos los nuevos números, fueron claras
las alertas lanzadas al ámbito político desde esos datos. No obstante la
política como responsable elige buscar responsables más que dar soluciones,
respuestas claras a la demanda más acuciante.
Del lado de la gestión anterior
eligen apuntar como el único responsable a la gestión actual, ésta elige hablar
aun de herencia y en medio el ciudadano consciente que sabe que definitivamente
existen responsabilidades compartidas. Es más, todo el arco político debe
hacerse responsable del estado de situación actual. Pero más importante que
ello, es necesario que mientras la justicia haga su trabajo la política de
soluciones.
Se esperaba que el discurso del
Presidente en conferencia de prensa en Olivos el día miércoles 28 de septiembre
se tradujera en la definición de algunas instancias, sobre todo las que restan
por venir, pensando en un diciembre cercano. Un diciembre siempre conflictivo,
sobre todo en los últimos años, tanto que nos invita a pensar en la
potencialidad de explosión de la conflictividad social en esas fechas.
Pero se perdió la oportunidad de
poner verdaderos paños fríos sobre los números que con margen de error
metodológico o no, circunstancia por otra parte absolutamente normal para
cualquier proceso de medición, máxime de este tipo de mediciones, de todas
maneras puntos más, puntos menos arroja datos que ponen sobre la mesa las
deudas pendientes de “la política” y los políticos de nuestro país.
Es necesario que se definan
líneas que desemboquen en impactos positivos
más inmediatos. Aquellos números (32,2 pobreza; 6% indigencia) desmontan años de mentira y demuestran la
falla en la visión más social de nuestra economía. Los fríos números reflejan
una deuda pendiente como sociedad y deberíamos enfrentarla como tal. Pero sobre
todo reclama acciones más rápidas, reflejos oportunos para poder revertir un
poco esa sensación de no estar siendo atendidas. Después de todo, la ciudadanía
ya no desconoce hoy, ni quienes lo dicen en voz alta ni quienes prefieren
hacerlo en voz baja, la responsabilidad de la gestión que se fue, pero no deja
de ver tampoco la responsabilidad de la presente. Y si esta “no tan nueva”
gestión nacional quiere realmente ponerse a prueba, debe ser más contundente
con aquellos sectores que hoy más que antes están -no “estigmatizados” sino-
visibilizados.
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