Es un tema del que se habla poco o en
ámbitos aun reducidos. Pero viene a plantear nuevas circunstancias
conflictivas, para un gobierno nacional que tiene varios frentes abiertos.
En tiempos en que deberíamos ser ya
efectivamente “habitantes del mundo”, nos debatimos sobre cómo controlar la
llegada de aquellos que quieren habitar suelo argentino. Y no es nuevo tampoco
el debate acerca de la inmigración.
Argentina ha sido receptora de
inmigrantes desde su conformación como Nación. Aunque este contexto actual
parece complejizar aún más la situación. Recibir a miles de Sirios es parte de
un acuerdo con EEUU por parte del Poder Ejecutivo de nuestro país, refugiados
que padecen la guerra, aquella que los deja solo con incertidumbre de vida.
Para su presente y su futuro, para ellos y sus familias.
El planteo viene a ser polémico en
tanto recibirlos requiere de toda una infraestructura y una logística especial.
No es solo dejarlos entrar al territorio nacional sino mucho más que eso. Es
viviendas, trabajo, inserción a una sociedad que por estos momentos se
replantea toda su circunstancia y principios. Poco serio resultaría que los
trajéramos, los dejáramos ingresar y los dejáramos librados a su suerte en el
territorio nacional.
El significado de la voluntad de ayuda
humanitaria es mucho más profundo y solicita una atención más allá de lo frio
de la letra del acuerdo. Implica además un nuevo foco de tensión que puede
generarse entre gobierno y oposición, teniendo en cuenta que ésta reclama
soluciones a las demandas insatisfechas de buena parte de la sociedad (que ya
habita este suelo). Hay problemas de empleo, problemas de inseguridad,
problemas de viviendas que van a hacerse oír también en esta instancia.
En el plano interno el Gobierno busca
el respaldo político de las provincias para sustenta el plan destinada a dar
refugio a 3000 sirios. La intención es que los gobernadores coordinen con Casa
Rosada el apoyo logístico necesario más programas de empleo y vivienda para los
que vendrán.
El Presidente Mauricio Macri prevé
modificar el decreto 3915/2014 del gobierno de Cristina Fernández que creara el
Plan Siria, para poder incluir a los gobiernos provinciales en el programa.
Esto formaría parte de las “responsabilidades compartidas” señaladas
reiteradamente por el mandatario en sus discursos.
En forma paralela a la asistencia de
gobernadores en la Cancillería se trabaja para coordinar esfuerzos con apoyo
externo. Argentina recibiría asistencia en materia de seguridad de agencias de
inteligencia de Estados Unidos y la Unión Europea al tiempo que la Organización
Internacional para las Migraciones aportarían apoyo logístico en todo el
entramado del procedimiento.
El temor está asimismo planteado en
términos de ataques terroristas, es un temor del ningún país y por supuesto el
nuestro tampoco esta exento.
Claramente es un tema de ayuda
humanitaria y tenemos una sociedad absolutamente solidaria siempre lo
demuestra, pero (existen varios peros en esta situación) por toda lo
complejidad que conlleva y lo que significaría para nuestro país actualmente
con tantas cuestiones conflictivas por enfrentar, resultará un nuevo desafío
para el gobierno nacional y para nuestra sociedad en su conjunto. Como siempre
existen quienes aprueban la medida y quienes se oponen a la misma, cada uno con
sus razones siempre válidas. Resolver esta circunstancia (y el cómo se
resuelva) plantea el conflicto nuevo, bajo responsabilidad de la gestión
Cambiemos.
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