lunes, 12 de septiembre de 2016

Refugiados


Es un tema del que se habla poco o en ámbitos aun reducidos. Pero viene a plantear nuevas circunstancias conflictivas, para un gobierno nacional que tiene varios frentes abiertos.
En tiempos en que deberíamos ser ya efectivamente “habitantes del mundo”, nos debatimos sobre cómo controlar la llegada de aquellos que quieren habitar suelo argentino. Y no es nuevo tampoco el debate acerca de la inmigración.
Argentina ha sido receptora de inmigrantes desde su conformación como Nación. Aunque este contexto actual parece complejizar aún más la situación. Recibir a miles de Sirios es parte de un acuerdo con EEUU por parte del Poder Ejecutivo de nuestro país, refugiados que padecen la guerra, aquella que los deja solo con incertidumbre de vida. Para su presente y su futuro, para ellos y sus familias.
El planteo viene a ser polémico en tanto recibirlos requiere de toda una infraestructura y una logística especial. No es solo dejarlos entrar al territorio nacional sino mucho más que eso. Es viviendas, trabajo, inserción a una sociedad que por estos momentos se replantea toda su circunstancia y principios. Poco serio resultaría que los trajéramos, los dejáramos ingresar y los dejáramos librados a su suerte en el territorio nacional.
El significado de la voluntad de ayuda humanitaria es mucho más profundo y solicita una atención más allá de lo frio de la letra del acuerdo. Implica además un nuevo foco de tensión que puede generarse entre gobierno y oposición, teniendo en cuenta que ésta reclama soluciones a las demandas insatisfechas de buena parte de la sociedad (que ya habita este suelo). Hay problemas de empleo, problemas de inseguridad, problemas de viviendas que van a hacerse oír también en esta instancia.
En el plano interno el Gobierno busca el respaldo político de las provincias para sustenta el plan destinada a dar refugio a 3000 sirios. La intención es que los gobernadores coordinen con Casa Rosada el apoyo logístico necesario más programas de empleo y vivienda para los que vendrán.
El Presidente Mauricio Macri prevé modificar el decreto 3915/2014 del gobierno de Cristina Fernández que creara el Plan Siria, para poder incluir a los gobiernos provinciales en el programa. Esto formaría parte de las “responsabilidades compartidas” señaladas reiteradamente por el mandatario en sus discursos.
En forma paralela a la asistencia de gobernadores en la Cancillería se trabaja para coordinar esfuerzos con apoyo externo. Argentina recibiría asistencia en materia de seguridad de agencias de inteligencia de Estados Unidos y la Unión Europea al tiempo que la Organización Internacional para las Migraciones aportarían apoyo logístico en todo el entramado del procedimiento.
El temor está asimismo planteado en términos de ataques terroristas, es un temor del ningún país y por supuesto el nuestro tampoco esta exento.
Claramente es un tema de ayuda humanitaria y tenemos una sociedad absolutamente solidaria siempre lo demuestra, pero (existen varios peros en esta situación) por toda lo complejidad que conlleva y lo que significaría para nuestro país actualmente con tantas cuestiones conflictivas por enfrentar, resultará un nuevo desafío para el gobierno nacional y para nuestra sociedad en su conjunto. Como siempre existen quienes aprueban la medida y quienes se oponen a la misma, cada uno con sus razones siempre válidas. Resolver esta circunstancia (y el cómo se resuelva) plantea el conflicto nuevo, bajo responsabilidad de la gestión Cambiemos.


martes, 6 de septiembre de 2016

Macri tiene mejor panorama afuera que adentro.


Mientras más elogios recibe de sus pares externos, como Obama, Presidente de los Estados Unidos, quien le brindó su apoyo por las medidas tomadas en esta gestión de gobierno, más oposición encuentra dentro de las fronteras de nuestro país.
Por estas horas se visibiliza una imagen más fuerte de Sergio Massa como “el opositor” haciendo quizás que detrás de sí se encolumne al menos buena parte de la oposición desperdigada. Y Macri lo sabe, por eso también responde a los dichos del representante del FR respecto a las importaciones. Tuvieron un entredicho mediático en función de los dichos de Massa de su posición de eliminar importaciones que afecten a las Pymes. El Presidente lo tildó de “hablar por hablar”.
“Ni proteccionistas ni populistas”. Habló Macri en instancias de su disertación como partícipe del G20. Es difícil la medida de cuánto bien o cuánto mal hacen los dichos de Barack Obama en todo este entramado político de nuestro país. Un país acostumbrado a la oposición histórica por experiencia histórica- política al país del norte. Argentina tiene la costumbre de ver todo lo de afuera con ojos muy atentos a lo que se viene porque efectivamente en “el post” no nos ha ido muy bien. Es normal que prime la desconfianza.
Sin embargo y a pesar de que adentro de nuestras fronteras no sea del todo bien percibida la mirada positiva como alentadora en esa felicitación por parte de Obama, afuera es bueno. Que el Presidente de los EEUU nos elogie, afuera es bueno.
Macri remarcó en la Cumbre que "en la Argentina ya dejamos atrás el aislacionismo que obstaculizaba nuestra integración con el mundo", en referencia directa por supuesto a la gestión k que fue criticada por la opción más regional y por momentos casi exclusiva con Venezuela que tuvimos durante  la gestión de los gobiernos tanto de Néstor como de Cristina, pero sobre todo en las gestiones de la ex mandataria.
El Presidente consideró que ha impulsado "cambios revolucionarios" y también que el país dejó atrás "años de populismo". "Hemos lanzado también una fuerte lucha contra la corrupción y un programa de energías renovables", aseveró.
La mirada hacia el populismo en términos peyorativos parece ser la perspectiva rectora no solo sobre nuestra experiencia sino aparece como la noción sobre Latinoamérica de este último tiempo.
Se instaura erróneamente la mala imagen y se genera confusión acerca de un aspecto que tiene que ver con un modelo político, un régimen populista en este caso, en función de relacionarlo con los hechos de corrupción y malversaciones varias que pueden existir en cualquier tipo de gobierno, no necesaria y suficientemente en un estilo populista.
Brasil, Chile, Bolivia, Venezuela, Argentina parecen ser los casos oportunos por los errores cometidos en los sucesivos gobiernos pasados que fueron catalogados populistas por las medidas económicas implementadas y esto confluye a aportar a la mala imagen de los populismos en general.
En el ánimo de convocar el aplauso de pares mandatarios se aporta a confundir conceptos, confundir situaciones y correr el verdadero eje de discusión que debe ser el de la corrupción que se instaura en nuestras sociedades más como algo cultural que como político estrictamente hablando. Más productivo sería clarificar las situaciones, refiriendo a aquello que es necesario erradicar de todas los ámbitos de nuestra vida social como lo es la corrupción, sobre todo en estas instancias donde la mirada del mundo puede prestarnos atención. Discusiones que nos debemos y merecemos, como siempre.


Ganar la calle


Es la consigna política para demostrar poder en el espacio visible.

De nuevo, el estilo de protesta que siempre hemos utilizado, vuelve a ser protagonista. La oposición a esta gestión de gobierno nacional se organizó para el reclamo -aunque aparenta ser una organización solo oportuna y conveniente, más allá del mismo la unión de fuerzas real es un poco más compleja y aparece como menos probable-.
Hoy es el acto central y cierre de la denominada “Marcha Federal” que comenzó el miércoles desde distintos puntos del país, uniendo provincias a su paso, motorizada por dos CTA (conducidas por Micheli y Yasky) a las que se suman: el kirchnerismo, organizaciones sociales afines, partidos de izquierda y camioneros de  Pablo Moyano. 
Podemos plantear al menos dos maneras de verlo en lo inmediato: por un lado la existencia real y evidente de la conflictividad social, creciente, que no parece demostrar resolución pronta. Llamado de atención para la gobernabilidad. Por otro, el mero uso de esa conflictividad social para demostrar una instancia más de la lucha por el poder político. Eterno e innegable conflicto de intereses.  Como analistas o como ciudadanos podemos pararnos en cualquiera de las perspectivas y seguramente no estaremos equivocados.
Necesariamente detrás de cada medida  de fuerza existe la oportunidad para que la oposición avance haciendo suyo un reclamo que sobrepasa su función, incluso supera la representación que pueda hacer la oposición de los reclamos.
Ganar las calles es lo que da a la lucha social visibilidad, mientras la cantidad de manifestantes que convoque le medida se traduce en el apoyo, la adhesión a la forma de protesta y a los reclamos vertidos en ella. Además las figuras que encabezan los actos, como representantes gremiales y dirigentes sociales, también aportan su cuota de legitimidad a todo el procedimiento.
Es evidente que no ha habido acuerdo en la unidad del planteo de lucha para este día, lo que habla de cómo juega la política en toda esta circunstancia.
Dialogo versus actitud dura respecto a la protesta, otra vieja discusión jamás saldada. Y es que sea cual fuere la actitud que tome el gobierno nacional al respecto, actuar en contra de la marcha o no, sin dudas será cuestionado. El gobierno teme los costos políticos. Prefiere dejar hacer y esperar el impacto, las repercusiones post que “lo orienten” sobre cómo actuar en cada caso.
El diálogo debería ser la respuesta a las problemáticas, sin embargo también se encuentra complejizado en tanto los sectores (Gobierno- Oposición) realmente tienen visiones enfrentadas. La parte del reclamo por supuesto que va a requerir paritarias, aumentos de sueldo, demás condiciones laborales más favorables y el gobierno dice no estar en condiciones de acceder a esto. Resulta que el oficialismo prefiere dejar que se desarrolle la protesta para medir la misma y ver si se accede o no a los reclamos.
En cada instancia de reclamos al gobierno actual se reedita la figura de derecha / izquierda pero se utiliza de manera radicalizada para exponer que el otro desde el lugar que ocupa en el espacio político no puede ver las razones del que está en la vereda de enfrente. Se pide abiertamente la cabeza del gobierno. En el discurso que por suerte no tiene tanta repercusión pero no hace bien el discurso en estos términos. Pone en tela de juicio el respeto por la institucionalidad de nuestro país. Y por la elección de miles de ciudadanos. De alguna manera reconocer la identidad del otro como contrincante político pero no enemigo íntimo y además conservar los resguardos democráticos podrían llegar a hacer la diferencia.
Ojala el conflicto se resuelva de la mejor manera y que los sectores, cada parte, obtenga respuestas a sus demandas de la manera más beneficiosa posible. Los acuerdos son necesarios para la estabilización de nuestro país. 



Pensando en 2017


Desde el gobierno, quienes tienen a cargo pensar en 2017, se dice que  intentan resaltar la situación política confusa, dividir aguas a fin de reinar, que la oposición no se articule y encolumne detrás de una sola imagen -que podría reunir las fuerzas detrás de sí y disputar el “premio mayor” (PEN) en 2019-.
El próximo año representa la fecha de la elección “de medio término”. Se renuevan: la mitad de cámara de diputados, un tercio del senado. Significa la primera medición elocuente, señal clara de la repercusión social de las acciones de la gestión oficialista. Se define cuánto  apoyo real conserva el gobierno nacional al tiempo que posicionan a figuras de la oposición para nuevas batallas electorales próximas.  
Se movilizan las provincias, ponen en marcha sus propios aparatos electorales y marcan sus presencias en el plano de gobierno, teniendo la responsabilidad de presentar los candidatos que ocuparan las respectivas bancas en el Congreso Nacional. Reconfiguran el espacio político y determinan ubicaciones en este ámbito. Se definen algunas fronteras. Las elecciones pueden ser vistas como las instancias donde las negociaciones se visualizan y las estrategias se despliegan, pero sobre todo el juego político se clarifica.
Existe por parte del gobierno nacional la necesidad de obtener buena performance en el territorio argentino en general, pero al menos no perder los espacios de poder conseguidos tras las generales de 2015. Capital Federal y Provincia de Buenos Aires son bastiones importantes.
Los resultados divididos son sinónimo de que ninguno destacarse, resaltar, descollar, por tanto quedaría abierta la oportunidad de seguir trabajando para el futuro próximo comicio.
Surge además –al no tener mayoría que legisle de manera “automática”- la necesidad de aceitar los canales de negociación siempre complejos dentro del Parlamento para poder desarrollar el “plan” de la nueva gestión en el gobierno. Por ello las conversaciones con los gobernadores ha sido un factor importante, como mecanismo de generación de acuerdos.
El uso de la idea del federalismo como una herramienta para generar el acuerdo social con los gobernadores viene siendo oportuno. Existe un acuerdo básico por concertar: generar gobernabilidad. Pero la idea del gobierno de Mauricio Macri es arribar a acuerdos por temas, para ello abrir mesas de diálogo (otra promesa de campaña que se toma su tiempo de realización efectiva). Se espera que tanto ésta como el avance sobre una nueva perspectiva y labor respecto al profundo significado del Federalismo sean los ejes que delineen las acciones de esta gestión de gobierno.
Que se supere la instancia del uso como metodología oportuna del federalismo en el discurso para “disfrazar” meras estrategias de próximas campañas teniendo como motivo primordial subyacente la necesidad de la gobernabilidad, es una oportunidad para la administración M. Por el momento, es una expresión de deseo.
Hay una propuesta de dividir la matanza en cuatro jurisdicciones, planean además conquistar a stolbizer a fin de que esta no se alie a massa. La quieren a Carrio para la provincia de bsas desde cambiemos y la discusión con ella esta planteada tambien por que no define si va a acceder al pedido del gobierno.
El peronismo por otro lado mide tambien sus candidatos.
Massa que tambien coquetea y define su perfil como uno de los mejor posicionados para el año que viene.
Estamos en un país en el que todo puede cambiar asi es que esto de decimos hoy mañana puede ser distinto, no obstante lo analizaremos

Las instancias electorales son momentos especiales para desplegar análisis y reflexiones varias. Pueden clarificarnos un poco el panorama y nos evidencian cuánta aceptación real tienen las diferentes gestiones políticas, cada cual ocupando su rol en el ámbito político: oposición – oficialismo. Pero básicamente es la medida que tomará el  gobierno nacional para saber si su gestión va por buen sendero o no. Máxime si quiere sostener los resortes del poder que hoy, gracias a las urnas en 2015, ostenta.