martes, 6 de septiembre de 2016

Macri tiene mejor panorama afuera que adentro.


Mientras más elogios recibe de sus pares externos, como Obama, Presidente de los Estados Unidos, quien le brindó su apoyo por las medidas tomadas en esta gestión de gobierno, más oposición encuentra dentro de las fronteras de nuestro país.
Por estas horas se visibiliza una imagen más fuerte de Sergio Massa como “el opositor” haciendo quizás que detrás de sí se encolumne al menos buena parte de la oposición desperdigada. Y Macri lo sabe, por eso también responde a los dichos del representante del FR respecto a las importaciones. Tuvieron un entredicho mediático en función de los dichos de Massa de su posición de eliminar importaciones que afecten a las Pymes. El Presidente lo tildó de “hablar por hablar”.
“Ni proteccionistas ni populistas”. Habló Macri en instancias de su disertación como partícipe del G20. Es difícil la medida de cuánto bien o cuánto mal hacen los dichos de Barack Obama en todo este entramado político de nuestro país. Un país acostumbrado a la oposición histórica por experiencia histórica- política al país del norte. Argentina tiene la costumbre de ver todo lo de afuera con ojos muy atentos a lo que se viene porque efectivamente en “el post” no nos ha ido muy bien. Es normal que prime la desconfianza.
Sin embargo y a pesar de que adentro de nuestras fronteras no sea del todo bien percibida la mirada positiva como alentadora en esa felicitación por parte de Obama, afuera es bueno. Que el Presidente de los EEUU nos elogie, afuera es bueno.
Macri remarcó en la Cumbre que "en la Argentina ya dejamos atrás el aislacionismo que obstaculizaba nuestra integración con el mundo", en referencia directa por supuesto a la gestión k que fue criticada por la opción más regional y por momentos casi exclusiva con Venezuela que tuvimos durante  la gestión de los gobiernos tanto de Néstor como de Cristina, pero sobre todo en las gestiones de la ex mandataria.
El Presidente consideró que ha impulsado "cambios revolucionarios" y también que el país dejó atrás "años de populismo". "Hemos lanzado también una fuerte lucha contra la corrupción y un programa de energías renovables", aseveró.
La mirada hacia el populismo en términos peyorativos parece ser la perspectiva rectora no solo sobre nuestra experiencia sino aparece como la noción sobre Latinoamérica de este último tiempo.
Se instaura erróneamente la mala imagen y se genera confusión acerca de un aspecto que tiene que ver con un modelo político, un régimen populista en este caso, en función de relacionarlo con los hechos de corrupción y malversaciones varias que pueden existir en cualquier tipo de gobierno, no necesaria y suficientemente en un estilo populista.
Brasil, Chile, Bolivia, Venezuela, Argentina parecen ser los casos oportunos por los errores cometidos en los sucesivos gobiernos pasados que fueron catalogados populistas por las medidas económicas implementadas y esto confluye a aportar a la mala imagen de los populismos en general.
En el ánimo de convocar el aplauso de pares mandatarios se aporta a confundir conceptos, confundir situaciones y correr el verdadero eje de discusión que debe ser el de la corrupción que se instaura en nuestras sociedades más como algo cultural que como político estrictamente hablando. Más productivo sería clarificar las situaciones, refiriendo a aquello que es necesario erradicar de todas los ámbitos de nuestra vida social como lo es la corrupción, sobre todo en estas instancias donde la mirada del mundo puede prestarnos atención. Discusiones que nos debemos y merecemos, como siempre.


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