jueves, 5 de diciembre de 2013

Partidos Politicos ¿Qué hacemos con la doctrina partidaria?



Existe una amplia variedad de trabajos teóricos que presentan análisis especifico de los partidos políticos en general, de los partidos políticos argentinos en particular. Qué son, qué simbolizan, para qué sirven, qué representan. Son algunos de los cuestionamientos que nos hacemos los analistas sociales como iniciación en el análisis de los mismos.

Los Partidos políticos son espacios ideológicos donde confluyen y se congregan personas que comparten la misma ideología, se vuelven adherentes o militantes al mismo.

"Un partido político es una asociación de individuos unidos por compartir intereses, visiones de la realidad, principios, valores, proyectos y objetivos comunes, como alcanzar el control del gobierno para llevar a la práctica esos objetivos.
 Es el encargado de presentar candidatos para ocupar los diferentes cargos políticos. Para eso, movilizan el apoyo electoral..
 Agrega las preferencias de los ciudadanos, forma gobiernos y establece acuerdos políticos en el ámbito legislativo."


Tiene funciones de identificación, lo fundamental para hablar de representación. Se supone que detrás del candidato se encuentra una estructura organizada que lo respalda y al cual el candidato debe respetar. El apoyo y respeto es o debería ser un feedback, ida y vuelta.

Últimamente, desde los ’90 se habla de la crisis de representación, una situación en la que la decepción y la búsqueda infortunada de un espacio donde -como ciudadano- me sienta realmente identificado, donde me sienta escuchado y representado se da de manera permanente. "No consigo hallar un lugar donde me sienta cómodo o mejor aun, un discurso que me convoque".
Es por esto también que se personaliza tanto una elección tras otra.. "empiezo a buscar el candidato que bajo mi evaluación perceptiva lo vea como “el candidato” el elegido.."
Crisis de representación: aquella dentro de la cual se cuenta además -y como anexo- toda una re-definición de los partidos en función de sortear de alguna manera esta situación y no morir en el intento.

Lo cierto es que, crisis de por medio, en nuestro sistema político formal el partido existe y tiene relevancia, un candidato tiene que presentarse o ser presentado por el partido político no puedo como ciudadano ir a una elección, presentarme con mi documento y decir estas son mis propuestas, esto es lo que creo yo, voy a presentarme como candidato a… tal o cual cargo público.
El partido político es relevante en eso. A pesar de la crisis, uno puede identificar al candidato a través del partido político que además tiene su propia historia detrás. Su estructura, su organización, su plataforma sus propuestas su ideología. IDENTIFICA. Brinda un mínimo espacio de representatividad.

En el espacio legislativo los candidatos electos se constituyen en bloques (bloques partidarios). Al momento de debatir, cada candidato puede exponer su percepción del tema o cuestión a tratar, y uno puede suponer que sostendrá una postura no muy alejada de lo que el partido político que lo llevó a ese puesto (por supuesto a través del voto ciudadano) sostiene o propugna a su vez. Esto, en teoría, es lo esperable.

En estos términos, ¿como plantear algo distinto a lo que el partido apoya? ¿Cómo votar, en el caso de la toma de decisiones, algo diferente a lo que el partido político que represento sustenta? Surge esta cuestión en función de plantear un disparador, el elector, en este momento si pudiera responderme al cuestionamiento: ¿Qué elijo cuando voto, cuando emito mi elección? ¿Candidato o Partido o Ambas cosas?

Considero que la complejidad del razonamiento elector es tan vasta que se vuelve un resumen caprichoso decir que el elector vota una sola cosa. En mi decisión influyen infinidad de elementos, situaciones, factores que pongo a consideración en mi fuero intimo e introduzco la boleta en el sobre. Solo yo se y entiendo perfectamente por qué elijo lo que elijo. Pero el partido político incluso en ese momento no pierde relevancia.
Por su parte, decir que el funcionario tiene que tomar decisiones en el recinto a su modo es indicar que toda la estructura que lo secunda o respalda no tiene relevancia. No importa.

Creo que la doctrina partidaria enseña y establece que el funcionario que concurre a elecciones respaldado por el partido sostenga de alguna manera mínima conexión ideológica con el mismo. Lo mismo sucede en el caso de los frentes que se constituyen. Se supone que antes de la constitución se sientan a establecer lineamientos los cuales se supone también deben ser respetados como cualquier pacto/acuerdo, post elección. 
Dentro de esos lineamientos las bases ideológicas mínimas se "aclaran" tras negociación, como para proyectar identidad después al momento de campaña y más adelante..
Las teorías suelen ser muy idílicas, a veces suelen plantear casi un plano paralelo a la realidad porque sabemos que en la práctica pueden suceder situaciones no deseadas o no esperadas a través de la aplicación teórica que intentamos hacer..
Lo que intento expresar es: plantear una nueva reflexión sobre esto: ¿los funcionarios públicos tienen autonomía en sus decisiones o deben acatar lo que el partido disponga?
Realmente creo que la autonomía decisoria no es lo mas recomendable al momento de defender intereses públicos. Creo que como funcionario el ciudadano espera que actue como lo indica la ideología del partido que representa. Esto es: dar certidumbre al ciudadano. 
Para ejemplificarlo mas claramente: Si yo voto a un candidato del partido obrero para que represente mis intereses dentro de un espacio de toma de decisiones,  espero que éste no termine votando la venta de espacios públicos por ejemplo, que sería absolutamente contrario a lo que hubiera esperado que hiciera.
Voy a entender que vota según doctrina partidaria porque de alguna manera al momento de elegirlo lo hice pensando en el partido que representa. Después nos quejamos de que no se respeta al partido político y este intento por hacer que el partido político no importe contribuye a la grieta, a la crisis de representación y la crisis de los partidos políticos.
 Casos en nuestra experiencia particular existen, Cobos con el no positivo en 2008, este año M. A. Picheto con su aclaración del voto sobre el código civil. Son dos casos extremos distintos, uno por no apoyar al partido y el otro por si hacerlo. La pregunta que me hago y dejo abierta es ¿Cuál es el caso que Ud. como elector prefiere?


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