Desde el gobierno, quienes tienen
a cargo pensar en 2017, se dice que intentan resaltar la situación política
confusa, dividir aguas a fin de reinar, que la oposición no se articule y
encolumne detrás de una sola imagen -que podría reunir las fuerzas detrás de sí
y disputar el “premio mayor” (PEN) en 2019-.
El próximo año representa la
fecha de la elección “de medio término”. Se renuevan: la mitad de cámara de
diputados, un tercio del senado. Significa la primera medición elocuente, señal
clara de la repercusión social de las acciones de la gestión oficialista. Se
define cuánto apoyo real conserva el
gobierno nacional al tiempo que posicionan a figuras de la oposición para
nuevas batallas electorales próximas.
Se movilizan las provincias,
ponen en marcha sus propios aparatos electorales y marcan sus presencias en el plano
de gobierno, teniendo la responsabilidad de presentar los candidatos que
ocuparan las respectivas bancas en el Congreso Nacional. Reconfiguran el
espacio político y determinan ubicaciones en este ámbito. Se definen algunas
fronteras. Las elecciones pueden ser vistas como las instancias donde las
negociaciones se visualizan y las estrategias se despliegan, pero sobre todo el
juego político se clarifica.
Existe por parte del gobierno
nacional la necesidad de obtener buena performance en el territorio argentino
en general, pero al menos no perder los espacios de poder conseguidos tras las
generales de 2015. Capital Federal y Provincia de Buenos Aires son bastiones
importantes.
Los resultados divididos son
sinónimo de que ninguno destacarse, resaltar, descollar, por tanto quedaría
abierta la oportunidad de seguir trabajando para el futuro próximo comicio.
Surge además –al no tener mayoría
que legisle de manera “automática”- la necesidad de aceitar los canales de
negociación siempre complejos dentro del Parlamento para poder desarrollar el
“plan” de la nueva gestión en el gobierno. Por ello las conversaciones con los
gobernadores ha sido un factor importante, como mecanismo de generación de
acuerdos.
El uso de la idea del federalismo
como una herramienta para generar el acuerdo social con los gobernadores viene
siendo oportuno. Existe un acuerdo básico por concertar: generar gobernabilidad.
Pero la idea del gobierno de Mauricio Macri es arribar a acuerdos por temas,
para ello abrir mesas de diálogo (otra promesa de campaña que se toma su tiempo
de realización efectiva). Se espera que tanto ésta como el avance sobre una
nueva perspectiva y labor respecto al profundo significado del Federalismo sean
los ejes que delineen las acciones de esta gestión de gobierno.
Que se supere la instancia del
uso como metodología oportuna del federalismo en el discurso para “disfrazar”
meras estrategias de próximas campañas teniendo como motivo primordial subyacente
la necesidad de la gobernabilidad, es una oportunidad para la administración M.
Por el momento, es una expresión de deseo.
Hay una propuesta de dividir la
matanza en cuatro jurisdicciones, planean además conquistar a stolbizer a fin
de que esta no se alie a massa. La quieren a Carrio para la provincia de bsas
desde cambiemos y la discusión con ella esta planteada tambien por que no
define si va a acceder al pedido del gobierno.
El peronismo por otro lado mide
tambien sus candidatos.
Massa que tambien coquetea y
define su perfil como uno de los mejor posicionados para el año que viene.
Estamos en un país en el que todo
puede cambiar asi es que esto de decimos hoy mañana puede ser distinto, no
obstante lo analizaremos
Las instancias electorales son
momentos especiales para desplegar análisis y reflexiones varias. Pueden
clarificarnos un poco el panorama y nos evidencian cuánta aceptación real
tienen las diferentes gestiones políticas, cada cual ocupando su rol en el
ámbito político: oposición – oficialismo. Pero básicamente es la medida que
tomará el gobierno nacional para saber
si su gestión va por buen sendero o no. Máxime si quiere sostener los resortes
del poder que hoy, gracias a las urnas en 2015, ostenta.
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